El Mikilo

Una de las deidades mas reconocidas del noroeste argentino. Aquí lo podrás conocer y hasta entender…
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El Mikilo
La mayoría de las historias del Mikilo sugieren que se trata de un duende. Se dice que es esquivo, travieso y a veces malvado. Tiene fama de asustar a los transeúntes del campo y a veces hasta de ser hostil y violento con éstos con una preferencia de hacer maldades a los niños que se lo encuentran. Hasta es usado por los mayores para infundir miedo a los pequeños para que acepten dormir la siesta y no salgan en ella en busca de aventura campestre.
El origen de este ser es explicado en parte en el libro Divinidades Diaguitas de Juan Zacarías Agüero Vera (editorial Biblioteca Mariano Moreno):
“El Mikilo diaguita, es una concepción indígena, que se conserva en parte en La Rioja, sin mezcla de elementos ni incásicos ni cristianos. Su pagana estampa naturista y pintoresca, refugiada en los bosques y montañas, en cuya penumbra vive, lo ha librado del exorcismo de la Colonia y de la profanación de los europeizantes.
Pertenece pues, a la familia de los dioses salvajes y demóticos, sin templos elevados por la mano del hombre, ni ofrendas de oro que despertaran la codicia y el fanatismo iconoclasta y torpe de la conquista. Y tal vez sea ésa la razón de su supervivencia en la memoria y el culto de las gentes”.
El Mikilo en el Noroeste Argentino
Tucumán y Santiago del Estero que se le parezca?
Nuestros valles montañeses, los intrincados senderos de la montaña, los soledosos huertos de los pueblos, el campo abierto y silvestre, los grandes patios de los ranchos , todos esos lugares por donde el hombre vive y transita es su territorio de correrías, de miedo a ser avistado por sus ojos enormes y ardientes que emergen del gran sombrero.
Los que opinan que esta pequeña deidad de nuestra mitología no representa el parecido con un ser humano sino que es un animal de las familias de las nutrias o de algún tipo de hurón que acostumbra a trepar a los árboles, tal vez no están equivocados, pues, se dice que el Mikilo es proteiforme, o sea que puede cambiar de aspecto tal como se le ocurra. Cáceres Freyre niega la existencia de nutrias en la fauna riojana, pero, como especie en vías de extinción hay en las regiones poco visitadas por el hombre una especie de hurones que bien pueden confundirse con nutrias.
En Catamarca, Tucumán y Santiago del Estero se conoce el mito del Mikilo, pero débil y casi olvidado si lo comparamos con su popularidad en La Rioja, a tal punto, que es algo así como un personaje clásico de las siestas tórridas donde subyace el temor de encontrarlo. Es el caso de un grupo de jóvenes que acostumbraban a reunirse a conversar en una esquina de un barrio de La Rioja que diariamente recibían la «visita» de un hombre «que parece niño con rostro de viejo, sombrerudo, de piel curtida y grandes ojos redondos» que se acercaba a la reunión fiestera a pedir cigarrillos a los jóvenes, pero que despedía un fuerte olor a cuero. De pronto, desaparecía sin que nadie se diera cuenta.
Vigencia del Mikilo en La Rioja
Estamos en el siglo XXI y la creencia en el Mikilo continúa con cierta popularidad que hasta se comenta en los medios de comunicación masiva. El origen de este diosecillo esquivo es diaguita, de tiempos anteriores a la conquista, cuando, según los relatos de ancianos, se presentaba con gritos ululantes que parecían venir de todos lados y que su aspecto de infante se debería a que se trata de las almas de niños muertos antes de ser bautizados. Pero esa es otra historia…»
Es el duendecillo travieso y rey de la siesta riojana. Misterioso en sus intenciones existenciales, pero sin duda inmortal en la en la creencia popular y mitológica de nuestras regiones.
El Mikilo seguirá siendo riojano y nuestro como nosotros lo somos de La Rioja.